sábado, 28 de marzo de 2009

Mi viejo intento de una poesía armónica

Tu deseabas escribir el poema más hermoso del mundo
y yo al menos reir un segundo
desvistiendo a la primavera
como si fuera un invierno olvidado de banderas.
Y sin tener experiencia alguna construí un mundo encantado
donde la paz sin rebeldía no vale la pena

donde la pena se devora en las cenas
donde la costumbre no te acostumbra
donde te duermes sin sueño
donde la muerte no gana siempre
donde los bares no cierran
donde el amor es el primero en amar
donde las treguas tienen prórrogas
donde tus recuerdos son aún más dulces
donde los besos tienen sabor
donde la vida no es una vida
sino una belleza desnuda bronceando quimeras
que se reúnen usualmente en mi cabecera
en cuyo pecho me acordé de mis aceras
en donde se funde el azar y una que otra estrella...
y ahi, como una utopía siempre estaba ella.
Al menos mis labios esbozaron una de esas sonrisas ingenuas
del tonto que pensaba escribir una poesía armónica.